LA TERORIA DEL JUSTO MEDIO

19.09.2013 16:21

La frase aristotélica, “la virtud es un justo medio entre dos extremos” no es una de las expresiones filosóficas más conocidas pero, a pesar de ello, no carece de interés e importancia en la historia de la filosofía.Para el discípulo de Platón, la felicidad de cada ser se alcanza cuanto este ser se acerca a su fin específico. Por ejemplo, la “felicidad” para un león es comer carne, reproducirse, vivir en un estado de libertad, etc. si el felino es frenado en la consecución de su fin específico sufre. Si el león no comiese carne y le obligásemos a comer hierbas, el mamífero no sería feliz, su cuerpo no está preparado para digerir vegetales y sufriría físicamente y, al final, moriría. Siendo la ética el arte de alcanzar la felicidad para el ser humano, nos debemos preguntar, según Aristóteles, cuál es el fin específico del ser humano. El de Estagira concluye, fiel a su maestro, que el fin específico del hombre es el ser racional. Esa es su característica propia y por lo tanto su fin, así como el manzano da manzanas y esa es su “felicidad”, en el hombre su naturaleza propia es la racionalidad.

Las virtudes dianoéticas se desarrollan en el mundo intelectual y manifiestan la vertiente racional del ser humano. Su objetivo son, en principio, las cosas necesarias, o sea, aquello que no puede ser de otra manera. Por ejemplo, el que dos más dos sean cuatro. La ciencia (episteme) y la inteligencia (nous) son dos especies de estas virtudes intelectuales. La unión de estas virtudes es la sabiduría (sophía). Pero hay también otras virtudes dianoéticas que se refieren a lo contingente, o sea, a lo que puede ser de otra manera.

Las virtudes características de lo contingente son el arte (téchne) y la prudencia (phrónesis). El interés de estos dos aspectos de la racionalidad consiste en ser expresión del mundo real, de la inestabilidad de la vida y de la capacidad del hombre para inventar una forma «mundana» de racionalidad. El arte desarrolla la posibilidad de crear objetos; la prudencia, la posibilidad de idear objetos, de reflexionar sobre el bien y el mal en función de determinados comportamientos.